Nowruz, El Año Nuevo Persa/Iraní
Cada primavera, sin falta, el equinoccio
marca el regreso de Nowruz, el Año
Nuevo Persa. Esta celebración milenaria, entrelazada con la festividad del Fuego Sagrado, símbolo de la divinidad, ChaharShanbe Suri, en el último martes del
año, no solo define el calendario iraní sino que trasciende fronteras, uniendo
en festejo a comunidades desde Asia Central hasta los parsis de la India,
pasando por Turquía y Pakistán.
Considerada la festividad más
emblemática de Irán y una de las manifestaciones primaverales más espléndidas
del mundo, Nowruz hunde sus raíces en el «antiguo imperio persa» (siglo V
a.C.), cuando su dominio abarcaba un vasto territorio desde Grecia hasta la India, y el
renacer de la naturaleza en el mes de Farvardin se conmemoraba durante 21 días.
Su nombre, que significa literalmente "Nuevo Día", evoca un legado
cultural y religioso que se remonta al «zoroastrismo», doctrina surgida hace
más de 2.500 años cuyos conceptos —paraíso, juicio final, la venida de un
salvador— impregnaron después a religiones como el cristianismo, el islam y el
judaísmo.
En el corazón de esta cosmovisión yace
la lucha entre «Ahura Mazda» (dios de la
luz y la creación) y «Angra Mainyu» (fuerza de la oscuridad), cuya batalla entre
el bien y el mal culminará con el triunfo definitivo de la luz. No es casual,
pues, que Nowruz coincida con el equinoccio: simboliza el paso de las tinieblas
a la claridad, un renacer que los iraníes preparan con el «Khane Tekuni» —la
purificación ritual del hogar— y con trajes nuevos que estrenarán comenzado el nuevo año al son de «Hayi
Firuz», el enigmático personaje carnavalesco de rostro ennegrecido que danza por las calles
anunciando la llegada del año nuevo, la primavera.
La celebración de, Charshanbe Suri, la noche del último martes previa al Año Nuevo
transforma las ciudades en un mosaico de hogueras. Al saltar sobre las llamas al
compás de cantos, los celebrantes intercambian simbólicamente su cansancio y
malestar por la energía purificadora del fuego, herencia directa de
Zaratustra.
El momento culmen llega con la entrada
astronómica de la primavera. En 2025, será mañana jueves 20 de marzo a las 10:01
(hora de Madrid), cuando las familias se congreguen ante la mesa de Haft Sin ("Siete Eses"), una
mesa cargada de simbolismo, donde se colocan siete objetos o frutos cuyos
nombres empiezan por la letra "S" en persa simbolizando: Renacimiento,
Salud, Alegría, Prosperidad, Felicidad, Paciencia y Belleza. El número siete,
sagrado en la tradición persa, teje aquí un puente entre lo terrenal y lo
divino.
Uno de los platos cuyo nombre empieza
por "S" en persa y es indispensable en la mesa es, SABZE, que son brotes verdes,
generalmente de trigo o lentejas.
Las festividades de Nowruz duran 13
días, durante los cuales se realizan visitas familiares en un orden
tradicional. La culminación de las celebraciones es el día 13 del mes FARVARDIN del calendario Persa en
el que los iraníes ponen punto final a las fiestas con un picnic
familiar llamado Sizde Bedar, literalmente "dejar el trece", en el
campo, donde todos se llevan sus SABZE
para dejarlo en el campo y así llevar y desprenderse, si acaso, de cualquier
mal que aún queda en ellos y entregarlo a la naturaleza y de esta forma
completar el renacimiento y la transformación empezando el Nuevo Año totalmente
purificado. Es el acto final de
purificación antes de abrazar el año renovado.
Yo, por mi parte, también quiero desear,
para este Nowruz, un tiempo de
prosperidad, amor, salud, paz y luz para mis seres queridos, amigos, conocidos
y en general toda la humanidad. Un año en el cual la luz venza a esta oscuridad
que nos envuelve todos los años día tras día transformado en el hambre, guerra,
odio, enfermedad e incapacidad de sentir el dolor ajeno como propio y así
comprender que todos formamos parte de un mismo plan cósmico, y si falla algo,
sus efectos, es posible que tarden, pero nos llegarán también a nosotros. Así,
pues, solo me queda decir a todos.
¡NOWRUZ KHOYASTE VA PIRUZ!
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