Los Diez Mil Inmortales
Este prestigioso cuerpo era una tropa de infantería pesada que estaba
integrada por soldados de valía que recibían un duro y preciso adiestramiento.
Sus miembros se reclutaban desde la infancia entre los nobles medos y
persas y entre los requisitos para
entrar estaba el tener al menos 1,60 metros de altura (bastante en aquella
época) y no tener ninguna mancha en su conducta que ensuciara su currículum. Los
hombres tenían que solicitar ser parte de ella, y ser elegidos era un gran
honor.
Su táctica
habitual de lucha era la carga frontal contra el enemigo, mientras que los
flancos en retaguardia disparaban flechas como apoyo.
Herodoto describe a los "Inmortales" como una infantería pesada,
que proporcionaba el cuerpo profesional de los ejércitos persas y se mantenía
constantemente con una fuerza de exactamente 10.000 hombres. El nombre de la
unidad provenía de la costumbre de que cada miembro muerto, gravemente herido o
enfermo era reemplazado inmediatamente por uno nuevo, manteniendo al cuerpo
como una entidad cohesiva con una fuerza constante. Así, desde la perspectiva
de un forastero, parecería que cada miembro de la infantería era “inmortal”, y
su reemplazo podría haber representado una especie de resurrección.
Los Inmortales jugaron un papel importante en la conquista de Egipto por Cambices
II en el año 525 a.C. y en la invasión de los reinos más pequeños de la
frontera occidental de la antigua India (Punjab occidental y Sind, ahora en
Pakistán) y Escitia en el año 520 a.C. y 513 a.C. por Darío I. Los inmortales
participaron en la Batalla de las Termopilas en el año 480 a.C. y estuvieron
entre las tropas de ocupación persas en Grecia en el año 479 a.C. bajo
Mardonio.
Durante las últimas décadas del imperio Aqueménida, el papel que se
esperaba del oficial al mando de los inmortales se amplió para incluir el de
primer ministro del rey. La provisión de guardaespaldas, que asistiera
directamente al monarca, ya había sido asignada a un selecto grupo de mil
soldados del cuerpo.
Se describe al guardia (Los Inmortales) de Ciro II el Grande (600-530 a.C)
como poseedor de corazas y cascos de bronce, mientras que sus caballos llevaban
chamarras y petos de bronce, junto con piezas de los hombros que también
protegían los muslos del jinete. Herodoto, en cambio, describe su armamento de
la siguiente manera: escudos de mimbre cubiertos de cuero, lanzas cortas,
carcajes, espadas o dagas grandes, eslingas, arco y flecha. Debajo de sus
túnicas llevaban abrigos de armadura a escala. Los contrapesos de lanza de los
soldados comunes eran de plata; para diferenciar las filas de mando, las puntas de lanza de los
oficiales eran de oro. El regimiento era seguido por una caravana de carros cubiertos, que transportaban sus provisiones,
junto con sus mujeres y ayudantes para servirles; este tren de provisiones
transportaba comida especial que estaba reservada solo para su consumo.
Se cree que el tocado que llevaban los Inmortales era la tiara persa. Su
forma real es incierta, pero algunas fuentes la describen como un paño o un
gorro de fieltro que se puede colocar sobre la cara para mantener alejados el
viento y el polvo.
Este cuerpo de élite siguió prestando servicio en el ejército moderno de
Irán como “Garde Yavidan”, literalmente “Guardia Eterna”, hasta 1979, año en que la monarquía en Irán fue derrocada.
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